Un equipo internacional de astrónomos ha identificado el agujero negro más masivo descubierto hasta la fecha.
Para ponerlo en perspectiva, el agujero negro en el centro de nuestra Vía Láctea —Sagittarius A*— tiene una masa de apenas unos 4 millones de soles, lo que lo convierte en un minúsculo comparado con este recién descubierto monstruo . La comunidad científica lo considera un candidato firme dentro de los agujeros negros ultramasivos, mucho más masivos que los supermasivos convencionales .
El investigador Thomas Collett, de la Universidad de Portsmouth, declara que este objeto se encuentra entre “los diez agujeros negros más masivos jamás descubiertos, y posiblemente el más masivo” .
El hallazgo se produjo en el centro de la galaxia “Cosmic Horseshoe” (SDSS J1148+1930), situada a unos 5.000 millones de años luz de nosotros
¿Cómo se ha medido con tanta precisión?
Lo extraordinario de este hallazgo radica en la robustez del método de estimación utilizado. Dado que el agujero negro está inactivo (o “dormido”), no emite radiación brillante como los cuásares activos, lo que complica su reconocimiento tradicional .
Para superar este desafío, los astrónomos combinaron dos técnicas complementarias:
Lente gravitacional: La galaxia que contiene el agujero negro actúa como lente, distorsionando la luz de una galaxia de fondo y formando un espectacular anillo de Einstein, o más bien una herradura gravitatoria, una manifestación impresionante de la relatividad general .
Cinemática estelar: Se midió la velocidad de las estrellas cercanas al agujero negro, que se mueven a velocidades vertiginosas, del orden de 400 km/s, bajo la influencia de su intensa gravedad .
La combinación de ambas —la deformación de la luz de fondo y el movimiento estelar acelerado— permitió a los investigadores tener una certeza sin precedentes acerca de su masa, más allá de las estimaciones indirectas usadas en otros casos .
Cerca del límite teórico

El hallazgo no solo representa un récord, sino que su masa estimada —unos 36 mil millones de masas solares— se aproxima al límite práctico de lo que un agujero negro podría alcanzar en los 13 800 millones de años de historia del Universo, según los modelos actuales .
Esto plantea cuestiones fascinantes sobre cómo un agujero negro puede crecer tanto, especialmente tan temprano, y qué procesos han permitido formarse y evolucionar hasta este tamaño tan extremo.
Implicaciones cosmológicas y futuras investigaciones
Este descubrimiento tiene varias implicaciones clave:
Evolución galáctica y coevolución con agujeros negros: A grandes rasgos, se observa una correlación entre el tamaño de una galaxia y la masa de su agujero negro central. El Cosmic Horseshoe conforma un grupo fósil —una estructura masiva que se formó mediante la fusión de galaxias—, lo que sugiere que este agujero gigante podría haberse formado mediante la fusión de agujeros negros preexistentes .
Nuevas técnicas de detección: Este método abre la puerta para medir agujeros negros inactivos en el universo lejano, empleando lentes gravitacionales junto con cinemática estelar. Los astrónomos planean utilizar observatorios como el telescopio espacial Euclid de la ESA para encontrar más candidatos y estudiar la formación de galaxias gigantescas .
Repensar límites teóricos: Que se haya hallado un agujero negro tan cercano al límite de crecimiento sostenible en 13 800 millones de años desafía nuestros modelos sobre formación galáctica, tasa de acreción y fusiones de agujeros negros.
Este hallazgo representa un hito en astronomía: un agujero negro inactivo del tipo ultramasivo, detectado con notable precisión gracias a una combinación innovadora de técnicas. No solo hemos superado récords de tamaño, sino que hemos demostrado una nueva vía para explorar objetos ocultos en el fondo cósmico.
Por ahora, sigue siendo objeto de fascinación el hecho de que el universo continúe sorprendiéndonos —y no cabe duda de que el catálogo de estos gigantes astronómicos aún puede salir de lo conocido.