Estados Unidos acelera sus planes para construir un reactor nuclear en la Luna, con el objetivo de llevar energía estable y fiable a bases lunares y asegurar su ventaja frente a China y Rusia en lo que ya algunos llaman “Carrera Espacial 2.0”.
Según ha informado Euronews, EE UU está acelerando sus planes para instalar un reactor nuclear en la superficie lunar como respuesta al creciente empuje espacial de China y Rusia.
El administrador interino de la NASA y secretario de Transporte, Sean Duffy, ha emitido directrices para que la agencia solicite propuestas a la industria en un plazo corto —unos 60 días— buscando lograr que un reactor de 100 kilovatios (kW) esté operativo en la Luna antes de 2030.
En 2021, ya se exploraban reactores de 40 kW; el nuevo objetivo es más ambicioso.
La energía solar resulta poco fiable en la Luna por el ciclo día-noche de 354 horas. Las noches lunares podrían dejar sin energía a cualquier base por dos semanas seguidas, por lo que un reactor nuclear se presenta como la fuente más estable y continua para sistemas vitales como hábitats, robots o procesos científicos
Además, estar primero tendría una ventaja estratégica. Duffy enfatiza que quien instale el reactor primero podría declarar una zona prohibida («keep-out zone»), dificultando que otros actores espaciales instalen infraestructuras cercanas.
Críticas y desafíos técnicos
Numerosos expertos se muestran escépticos. Joseph Cirincione, analista de seguridad nuclear, describe el plan como absurdo, especialmente en un entorno donde el presupuesto de NASA está severamente recortado
Los desafíos técnicos son enormes: hay que diseñar un reactor compacto capaz de resistir temperaturas extremas —entre 250 °F de día y –400 °F de noche—, ser seguro, confiable y encajar en un cohete.
Otros expertos apuntan que, aunque posible, esta aceleración podría comprometer áreas vitales como las misiones científicas o el estudio del clima terrestre.
Defensores del proyecto
No obstante, la industria y algunos técnicos lo ven viable. Bhavya Lal, ex administradora adjunta de Tecnología en la NASA, afirma que con recursos, la tecnología ya existe y se podría cumplir el objetivo. El coste rondaría los 3.000 millones de dólares.
Impacto en la industria nuclear
Las noticias sobre este desarrollo han provocado un auge en las acciones de empresas nucleares como BWX Technologies (BWXT), que trabaja con la NASA desde 2017 y ya fue seleccionada para diseñar sistemas de energía lunar en 2022. Según Barron’s y MarketWatch, sus acciones subieron más del 18 % tras el anuncio. Otros actores como Oklo, NuScale o Centrus Energy también se han visto beneficiados.
En 2022, NASA y el Departamento de Energía eligieron tres conceptos de reactores nucleares de fisión para su uso en la superficie lunar, previsiblemente listos para principios de la década de 2030 .
Además, proyectos como el RAPID‑L (Japón) o el Kilopower/Stirling han probado tecnologías capaces de producir energía constante desde la Luna o Marte.
Relevancia para la exploración lunar
La energía nuclear en la Luna no solo permitiría un asentamiento continuado, también facilitaría futuras misiones a Marte, la explotación de recursos locales, e incluso la producción in situ de combustibles o materiales para la exploración espacial.
EE UU lanza un ambicioso plan para construir un reactor nuclear lunar de 100 kW antes de 2030, buscando asegurarse la victoria en una nueva carrera espacial.
Este impulso tiene potencial transformador, aunque enfrenta desafíos técnicos, presupuestarios y regulatorios de gran calado. El tiempo dirá si esta apuesta se convierte en realidad o se queda en promesa acelerada.